jueves, 29 de marzo de 2012

La generación que viene


No por esperada la noticia dejó de resultar sorprendente. Me refiero a la destitución de Ranieri. En una situación lamentable el Inter decidió prescindir de un técnico que poco o nada ha aportado en su estancia y apostar por un hombre de la casa. Quizás lo más llamativo fue esa elección, la de un joven de 37 años desconocido para el gran público y bautizado como Andrea Stramaccioni. En cuanto las redacciones tuvieron constancia del cambio, comenzaron a remover la tierra para averiguar su origen.

Solo 24 horas antes el Barcelona descubría a su enésima perla, un delantero de origen camerunés que había llegado a la ciudad condal de la mano de la fundación de Samuel Etoo. Su nombre Jean Marie Dongou y su carta de presentación inmejorable. Un gol suyo en el minuto 81, justo en el primer balón que tocaba, le valió al Barcelona B para lograr la victoria frente al Alcoyano.

Tomaban la alternativa, en un breve espacio de tiempo, dos de los grandes triunfadores de un torneo cuyo trofeo levantaba ese mismo fin de semana el primero y en el que el segundo se ha coronado como máximo goleador con ocho dianas. Una competición que ha pasado casi desapercibida pero que va camino de convertirse en relevante por la trascendencia que puede tener para las canteras de los grandes clubes europeos.

Me refiero a la conocida como "The NextGen Series", una suerte de Champions League para equipos juveniles que ha debutado este año con éxito gracias a la iniciativa de Mark Warburton, secretario técnico del Brentford y a la sazón organizador. Él ha sido el encargado de cursar las invitaciones a los 16 equipos participantes. Distribuidos en cuatro grupos de cuatro componentes cada uno, los países más destacados del continente se han visto representados en mayor o menor medida.

Junto al Barcelona y al Inter; PSV, Ajax, Marsella, Fenerbahce, Basilea, Aston Villa, Liverpool, Manchester City, Tottenham, Wolfsburgo, Molde, Rosenborg, Celtic y Sporting de Lisboa han completado un cuadro más que interesante al que se unirán hasta ocho equipos más la próxima temporada (entre ellos el PSG) hasta formar una lista de 24 en la que quieren entrar algunos de los grandes que se han quedado fuera en el proyecto piloto.

Son los siguientes pasos para su internacionalización y su difusión en los medios. De hecho se busca vender los derechos televisivos con el fin de obtener más dinero que sirva para impulsar la idea y al mismo tiempo para crear sinergias con la máxima competición profesional a nivel europeo. Intentando normalizar este último aspecto, equipos como el Liverpool o el Fenerbahce ya han prestado sus respectivos estadios para alguno de los partidos, lo que demuestra que el asunto va en serio.

En lo meramente deportivo, conviene hacer un análisis concienzudo para potenciar los pros y minimizar los contras, que también los hay. Entre ellos el principal es el derivado de obligar a viajar por el mundo cada quince días a jóvenes que no deberían renunciar prematuramente a sus estudios, si bien es cierto que en escalones tan cercanos al profesionalismo estos ya empiezan a estar en un segundo plano.

De los aspectos positivos, el más destacado es la posibilidad de hacer competir al más alto nivel a las plantillas de categorías inferiores en un simulacro de las "finales" a las que se tendrán que enfrentar semana tras semana cuando lleguen al primer equipo. Una forma de prepararles para una vida de constantes desplazamientos, estadios llenos y la presión de vestir unos colores a los que se agarran miles de seguidores.

Inter y Ajax, que jugaron la final en el estadio del Leyton Orient ante 2.500 espectadores, ya disfrutaron de un aperitivo de calidad. Los dos, segundos de sus respectivos grupos tras Tottenham y Aston Villa respectivamente, firmaron unas rondas eliminatorias de mucho nivel demostrando saber competir en los momentos clave. Los italianos porque consiguieron apuntalar su defensa y no conceder goles. Los holandeses porque desplegaron al máximo su potencial ofensivo.

Al final fueron los milaneses los que engordan sus vitrinas si bien es cierto que nadie se acordará de ello en el futuro sino de las perlas que comenzaron a despuntar. Futbolistas como Dongou (Barcelona), Betinho (Sporting), Fischer y Klaassen (Ajax) o Longo y Di Gennaro (Inter). Si sus caminos no se tuercen ellos y los que vengan en futuras ediciones serán los cracks del futuro.

miércoles, 28 de marzo de 2012

¿Qué ha sido de... Vladimir Beschastnykh?


El poderío creciente de la liga rusa ahora que los oligarcas han potenciado la competición local ha acabado en los últimos años con la emigración de los jugadores del país hacia otras competiciones nacionales. Uno de los países más afectados por este fenómeno ha sido España, ese lugar en el que un gran número de futbolistas se refugiaron tras la descomposición de la URSS para demostrar sus cualidades en un territorio que comenzaba a pedir paso.

Lejos de buscar el turismo de sol y playa, la poderosa y emergente comunidad post soviética decidió asentarse, quizás por afinidad quizás por el poder de algunos representantes, en el norte de la Península. Localidades como Oviedo, Gijón o Vigo recibieron a algunos de los más ilustres visitantes. Una dinámica en la que también entró Santander, donde se importaron peloteros como Radchenko, Zygmantovich (y su mítico bigote) o el homenajeado en este post.

Característico él por su inconfundible pelo rubio y su nombre casi impronunciable, Beschastnykh pasó cinco temporadas en nuestro país, en las que ayudó a consolidar al equipo cántabro en la máxima categoría antes de abandonar el barco justo a tiempo para no tener que afrontar el único periplo en Segunda de los últimos diecinueve años.

Antes, y previo pago de dos millones de euros (por entonces la cifra más alta en la historia de los racinguistas), había cogido el mismo vuelo que el año pasado llevó a Markus Rosenberg de Bremen a El Sardinero. Lo hizo al no contar para su entrenador (por extraño que suene no era Schaaf, al parecer existieron otros antes que él) y después de haber dejado destellos en Alemania durante su primera salida al extranjero tras formarse con éxito en las filas del Spartak de Moscú.

En la capital rusa, a la sazón su lugar de nacimiento, las sensaciones que había dejado eran buenas. Solo eso explicaría la decisión de su club de origen repescarle de forma gratuita después salir de nuestra tierra con 27 años y algo de fútbol que ofrecer aún en sus botas, más del que muchos pensaban. De hecho resultó sorprendente que solo un curso y medio después se lo rifaran varias entidades interesantes de Europa debido a su acierto de cara al gol.

Le cazó finalmente el Fenerbahce, donde arrojó un triste bagaje de doce partidos y una sola diana. Aquellos guarismos no desanimaron al Kuban Krasnodar, que lo fichó sin coste y lo vendió por el mismo precio pero con ocho goles en el casillero. Aquella sería su última gran aportación antes de su previsible caída.

La edad y las piernas respondían cada vez menos y tras disfrutar de una aventura de relumbrón aceptando una oferta del Dinamo moscovita, inició un interesante periplo por intrascendentes equipos de la Europa Oriental. Un trayecto que empezó en Oryol, le llevó posteriormente al por entonces poco relevante Khimki y le sepultó, primero en el Volga Tver y finalmente en el FC Astana, donde colgó las botas en 2008. Desde entonces, como tantos otros compañeros de generación, busca hacerse entrenador. No oculto que, personalmente, me gustaría volver a verle por estos lares. Ya no hay rusos como los de antes.

lunes, 26 de marzo de 2012

"Ibracadabra", cabeza de cartel



Alguna vez me han preguntado cuál es mi gol favorito y nunca he sabido qué responder. De hecho en ocasiones me decanto por uno y acto seguido pienso en otro completamente diferente. Sin embargo, si me piden una lista de cinco creo que siempre estaría el que Ibrahimovic le hizo al NAC Breda cuando jugaba con el Ajax.

Probablemente casi todos los que estáis leyendo este post sabéis de qué os hablo. Un control de espaldas a la portería en zona de tres cuartos seguido de una progresión por fuerza tumbado a un rival y finalmente seis quiebros estratosféricos, todos limpios, sin un solo rebote. Ni siquiera ese argumento recurrente de la debilidad de las defensas de la Eredivisie desmerece un cuadro dramático que dibujan futbolistas por el suelo humillados ante la maestría de un genio, de un mago, de "Ibracadabra".

Aquél fue el primer golpe de autoridad de un jugador que ha ido creciendo con el tiempo hasta convertirse en uno de los mejores delanteros del Viejo Continente, en un icono mediático que traspasa fronteras y que ha roto con el tabú de que los altos solo sirven para clavarse dentro del área pequeña y empujar todo lo que les llega por el aire.


No seré yo el que descubra su calidad, su imaginación, sus recursos con el balón en los pies, la capacidad de hacer fácil lo difícil y factible lo imposible e impensable. En la que probablemente esté siendo la mejor campaña de su carrera, encima se está mostrando efectivo, hambriento tras el paso infructuoso por Barcelona.

El sábado con dos goles se encargó de ajusticiar a la Roma y de colocar al Milán aún más cerca del título. Y de paso continuó reivindicándose, marcando su territorio como los tigres. En un lugar hostil para el caviar futbolístico su aportación es como una fuente de agua fresca. El sueco es sin duda el delantero más determinante que ha visto el Calcio en las últimas décadas y una garantía de éxito para todo aquél que apuesta por él (seis "Scudettos" lo demuestran).

En una competición de equipos lentos, donde hay cinco segundos para pensar cada jugada, Ibrahimovic sigue demostrando que le sobran dos. Él marca el ritmo, sus botas dictaminan el tempo de los partidos, su esbelta figura figura es la que decide cuando toca jugar y cambiar las cosas. Su sola presencia infunde respeto, preocupa, atemoriza. Basta con hacerle sentirse más importante que los demás, con mantener su ego bajo control.

Por ello falló en la Ciudad Condal. Acostumbrado a ser el perejil de todas las salsas, nunca entendió que fueran otros los que le quitaran las portadas, los que se llevaran una gloria que ansiaba para él. Es el principal problema de muchos genios, que su divismo está por encima de lo coral.

Cabeza visible de un modelo personalista en las oficinas y también sobre el pasto, de un estilo chapado a la antigua con unas características más propias del siglo pasado y ese lema de "todos para uno", buscará a partir de esta semana la venganza ante el único club que no ha logrado conquistar.

Demostrar al mundo que él solo puede romper el orden establecido y esa regla no escrita de que el único fútbol viable a día de hoy es el que practica el Barcelona. Si lo consigue su disfrute será el de miles de personas en territorio transalpino. Aunque eso a él poco le importe. Seguirá caminando solo.

jueves, 22 de marzo de 2012

Goles con alma


La mejor forma de golpear el esférico no es con el empeine, ni con el interior, ni tampoco con la cabeza. Ni siquiera cuando la circunstancias sean propicias para usar alguna de estas superficies de forma fiable llevando así con toda probabilidad el balón a la red. De todos los impactos posibles solo hay uno que generalmente garantiza el éxito: Es el que se hace con el alma.

No hay muchos de estos, de hecho solo afloran en ocasiones especiales. Es poco probable que cualquier futbolista ofrezca más de uno de a lo largo de su carrera si es que esto sucede. Algunos como el de Zidane el Glasgow o el de Iniesta en Johannesburgo ya son parte de la historia. Otros ocuparán momentáneamente las portadas de los periódicos y días después serán pasto de los contenedores de papel y cartón.

Eso sí, sus modestos protagonistas podrán narrar orgullosos a sus descendientes como es la sensación de ese momento especial en el que el esférico impacta con el cuerpo y sabes que acabará besando las mallas de un modo u otro. Por la escuadra o a ras de suelo. Ante la mirada atónita del portero o después de rebotar en cuatro defensas. O despúés de varios botes tras un contacto semimordido y poco ortodoxo procedente de una segunda jugada, como hemos visto hasta en dos ocasiones esta semana.

La ejecución no fue la única coincidencia entre ambos. De hecho fue la más insignificante. Lo que hace similares a esos tantos entre ellos pero diferentes a los otros es que esos balones llevaban la fe de miles de seguidores ansiosos por presenciar el momento de sus vidas. Tipos que solo viven momentos semejantes una vez cada cincuenta o sesenta años, que ese día entienden cuál es el motivo que les lleva a seguir a un club que se desenvuelve en las catacumbas del fútbol. Que presumen orgullosos de pasear el nombre de su pueblo o que pueden sacar pecho en una ciudad donde tienen un papel poco más que testimonial mientras son observados como locos.

El gol de Bocognano que sirve para que el Gazélec Ajaccio elimine al emergente Montpellier y el de Valero que abre la lata en el enterramiento del todopoderoso Marsella a manos del US Quevillaise, ambos válidos para acceder a las semifinales de la copa gala; son de esos que dan sentido al fútbol, que reivindican la existencia de los modestos.

Bien es cierto que el conjunto de Le Petit-Quevilly, una población de menos de 25.000 habitantes, ya ha jugado una final de este torneo (1927) y dos semifinales (la última hace dos años). Pero su realidad diaria les abofetea en la tercera categoría de balompié francés a solo cuatro puntos del descenso y compartiendo penurias con históricos caídos en desgracia como el Paris FC o el Red Star.

Mejor, no mucho mejor, le va a los corsos. Conviven en el mismo mundo pero ellos al menos ocupan los puestos altos de la clasificación en un meritorio segundo puesto, encerrados entre el Niort y el Nimes. Ahora bien, no existe comparación de masa social teniendo en cuenta que comparten una ciudad de apenas 65.000 habitantes con un equipo que suele moverse entre el primer y el segundo escalafón del país.

A pesar de ser el lugar donde se dieron a conocer futbolistas como Ismael Bangoura o Pascal Olmeta hoy no se adivinan estrellas emergentes y salvo Ibrahim Rachidi, internacional por Comores, el resto apenas han representado a sus combinados regionales como en el caso del autor del milagro frente al Montpellier, que ha vestido en varias ocasiones la elástica de Córcega.

Es el panorama cotidiano de estos héroes por un día. Este fin de semana retornarán a su ostracismo habitual hasta que las eliminatorias de semifinales les saquen de la nevera. A los otros "Canaris" (el Quevilly recibe el mismo sobrenombre que el Nantes) les espera el Rennes. A "Le Bistrot" (conocido así por su fundación entre las paredes de un bar) el Lyon. Hacen falta unos cuantos goles con alma más para escribir sus nombres en la historia con letras doradas. Lo consigan o no ya se han ganado el corazón de unos cuantos. De todos aquellos que seguimos apostando por un torneo del K.O a partido único.

martes, 20 de marzo de 2012

¿Qué ha sido de... Marcus Allback?


Hace tiempo que el Örgryte ha perdido el esplendor de antaño. De hecho consiguió mantenerlo hasta el descenso a segunda división. A partir de ese momento siguió en caída libre y hoy apenas se le recuerda mientras disputa sus partidos en el tercer escalón del fútbol sueco. Es más, nadie hubiera hablado de él en los últimos meses si no fuera por nuestro protagonista, quizás uno de los futbolistas con más renombre en la historia del club.

Nacido en Goteburgo, una ciudad de poca tradición balompédica, había encontrado en este club de barrio el acomodo para arrancar con su carrera profesional en el año 1992. Cinco campañas en las que ofreció cosas interesantes que le permitieron dar un salto de calidad rumbo al Lyngby, que por entonces gozaba de mayor predicamento.

No tuvo suerte en su primera salida y el mal fario se prolongó también en el segundo traspaso de su carrera. Este fue de mayor entidad pues le permitiría viajar a Italia, en concreto a Bari. Sucedió en la 97/98, justo antes de la irrupción de un Cassano que el se quedó con ganas de presenciar ya que ese mismo verano tuvo que hacer las maletas con menos de veinte partidos disputados.

Al final de ese viaje le esperaba de nuevo con los brazos abiertos la que fue su casa en los comienzos. En la comodidad de ese hogar volvió a despuntar por segunda vez. Con una media de más de 0,5 goles por partidos en dos cursos era cuestión de tiempo que le volvieran a ofrecer una segunda oportunidad fuera.

Se la dio el Herenveen y sus cifras anotadoras fueron su mejor argumento para dar fe que no se equivocaron. Y como suele suceder en estos casos, despuntar en Holanda es el paso previo a fichar por una gran liga, en este caso la Premier. El Aston Villa se hizo con sus servicios y aunque hizo alguna que otra aportación interesante, no terminó de asentarse en Birmingham.

Por ello tuvo que hacer las maletas tras dos temporadas aceptando una oferta del Hansa Rostock. Con 31 años el cuerpo empezaba a pesar en la disputa de una gran competición y el punta lo notó. Sin embargo su sueño era disputar el Mundial de 2006 y con ese objetivo se embarcó en una aventura más modesta pero lo suficientemente vistosa como para viajar a Alemania si recuperaba su nivel.

Aquella decisión salió bien y en el Copenhague fue capaz de lograr su objetivo. Y no solo fue a la gran cita del fútbol sino que además logró escribir su nombre con letras de oro en la historia de la competición anotando, frente a Inglaterra, el gol número 2.000. Una cifra redonda que le servirá para no caer en el olvido.

No sería esta su última competición internacional ya que, de nuevo su buen rendimiento en la capital danesa, le valió para viajar casi de forma testimonial a la última Eurocopa, donde jugó algunos minutos de la segunda parte en el encuentro frente a Rusia. Después de aquello se retiró de la selección nacional y, con todo hecho, retornó al Örgryte para poner la guinda al pastel de su vida deportiva. Una guinda amarga pues se selló con el descenso de su club del alma.

Pero no había dicho su última palabra. Meses después aceptaba ejercer como asistente del combinado al que había representado en casi ochenta oportunidades. En ese puesto se ha desempeñado últimamente durante una época de sinsabores. Sospechoso de soborno en temas relacionados con la construcción, se desquitó personalmente de ese asunto con la clasificación de los suecos para la Eurocopa. Una hito que celebró como mejor sabe, jugando al fútbol. Fue el pasado 15 de octubre cuando vistió por última vez la camiseta del Örgryte en un partido contra el Motala.

viernes, 16 de marzo de 2012

El dictado de los bombos (II)

Esta ha sido de nuevo una mañana de sorteos tanto en Liga de Campeones como en Liga Europa. La última vez que esto sucedió me animé con una porra que resultó más o menos acertada, con sonoros fracasos, todo hay que decirlo, como el del Lyon-APOEL. Dado que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra, he aquí mis pronósticos de cara a los emparejamientos que hemos conocido hoy, todos ellos por orden en los cruces de rondas posteriores.

LIGA DE CAMPEONES

Marsella-Bayern: El Bayern se está destapando como un equipo ciclotímico capaz de lo mejor y de lo peor pero en Champions, a excepción del tropiezo como visitante en Basilea que luego solucionó con contundencia, se está defendiendo de forma solvente. Juega la final en su estadio, lo cual motiva, y la vuelta de esta eliminatoria en casa. Por su parte el Marsella, pese a eliminar al Inter, no atraviesa por un buen momento. 30%-70%.

APOEL-Real Madrid: No se concibe ni en este ni en ningún tipo de mundo paralelo que el APOEL sea capaz de eliminar a este Real Madrid en un doble enfrentamiento. Los chipriotas ya han logrado mucho más de lo que jamás hubieran imaginado y los blancos tienen el hambre del que se marca un objetivo entre ceja y ceja y posee los jugadores para lograrlo. Lo más que pueden lograr los de Nicosia es dejar todo semiabierto para la vuelta pero el resto es ya pura utopía. En cualquier caso chapeau por ellos. Su historia ya es leyenda de la Liga de Campeones. 1%-99%.

Benfica-Chelsea: En otra campaña los londinenses serían claros favoritos pero en esta la cosa no está tan clara. Unos han dado un paso hacia adelante y los otros varios hacia atrás por lo que las fuerzas están casi igualadas a priori. No obstante el Chelsea tiene ligera ventaja por jugar la vuelta como local, un factor que fue clave en la eliminatoria contra el Nápoles. 49%-51%

Milán-Barcelona: Los enfrentamientos en la fase de grupos demostraron que las fuerzas están más parejas de lo que en un principio pueda parecer. Además el Barcelona no atraviesa por su mejor momento y habrá que ver como reacciona la plantilla a lo acontecido con Abidal, al que aprovechó para desearle desde aquí una pronta recuperación. En cualquier caso siguen siendo ese club que ha hecho historia en los últimos años y por ello hay que confiar en su pase. 45%-55%.

EUROPA LEAGUE

Atlético-Hannover: Desde la llegada al banquillo desde Simeone el equipo madrileño ha mejorada bastante y precisamente ese cambio debería ser suficiente para eliminar al Hannover, un equipo que a pesar de todo se crece en esta competición y que ya dio la campanada contra el Sevilla. Aunque los españoles son favoritos, no debería confiarse. 60%-40%.

AZ-Valencia: El líder de la Eredivisie contra el primero de la "otra" liga española. Duelo donde los de Emery parten con ventaja gracias al factor campo y a unos jugadores mejor dotados técnicamente que sus rivales. Además vienen de derrotar a otro equipo tulipán y se juegan gran parte de la temporada en este torneo. 40%-60%.

Sporting de Lisboa-Metallist: Eliminatoria bonita. Un Sporting que lleva años intentando reencontrarse a sí mismo contra la gran sorpresa de la competición, un lobo con piel de cordero. Los portugueses, que vienen de deshacerse del City, deberían pasar pero con los ucranianos en frente todo puede pasar. Cierta ventaja para los primeros. 60%-40%.

Schalke-Athletic: Otro de esos duelos con solera. Raúl vuelve a España, el Athletic quiere seguir asombrando a Europa. Los segundos serán locales en la vuelta y vienen de eliminar brillantemente al United, argumentos más que de sobra en su favor. Parece claro que el que pase jugará la final, otro aliciente más para seguirlos de cerca. 45%-55%.

martes, 13 de marzo de 2012

¿Qué ha sido de... Paul Okon?

La gesta del APOEL, una de las más grandes que recuerda el fútbol europeo, ha hecho olvidar su realidad en los últimos años, en los que se había convertido en un lugar más o menos sugerente para retirarse o empezar a pensar en ello. Ya hablamos hace unas semanas del caso de Ronald Gómez y esta os acerco otro, el del australiano Paul Okon, un futbolista al que las lesiones privaron de una carrera más prometedora.

Lo cierto es que se decidió por el deporte rey pero bien pudiera haberse dedicado a otras disciplinas. De hecho este centrocampista nacido en Sidney destacó de joven como saltador de altura en el país de los canguros, estableciendo un record en su categoría a nivel universitario que fue difícil de superar.

Y eso, altura, fue lo que cogió su carrera sobre el césped a medida que pasaban los años. En el Marconi Stallions de su país, el primer club donde militó en el profesionalismo, consiguió ser nombrado mejor jugador joven de la liga durante dos campañas consecutivas. Sus actuaciones también se extendían a la selección, con la que llegó a las semifinales en el Mundial sub-20 del año 91 y a los Juegos Olímpicos de Barcelona el año siguiente.

Por entonces ya le había echado el lazo el Brujas belga donde estuvo cinco temporadas rayando a un nivel espectacular hasta el punto que fue galardonado con la "Bota de oro", el premio que reconoce al mejor futbolista del campeonato. Para contextualizar la trascendencia de lo conseguido basta decir que fue el segundo jugador no nacido en el Benelux que lo conseguía y el primero de fuera de Europa que lo alcanzaba en 41 años de historia del trofeo.

No fue sin embargo su día de mayor gloria. Este aún estaba por llegar y sería solo unos meses después. Sucedió cuando el mismísimo Dino Zoff en persona viajó a Bélgica para llevárselo a la Lazio prometiéndole ser titular por contrato y en su posición preferida sobre el terreno de juego. Obviamente aceptó pero a partir de ese día comenzó la caída hacia la colchoneta.

La dichosa rodilla, que se ha llevado por delante a tantas estrellas potenciales, le jugó una mala pasada. Tres cursos después era traspasado a la Fiorentina y a partir de ahí a diferentes clubes de Inglaterra acompañado siempre por sus problemas físicos. Comenzó en el Middlesbrough y se marchó cedido al Watford antes de probar suerte en el Leeds.

Nada era ya lo mismo e incluso dejó de contar para las convocatorias de su selección, con la que había llegado a ser capitán hasta en 24 ocasiones. Ya sin presión orientó sus miras hacia otros lugares. Volvió a Italia para aceptar una oferta de Vicenza, regresó también a Bélgica para ponerse la camiseta del Ostende y cerró su periplo en Europa con la aventura que abría esta historia, la del APOEL.

La guinda la puso en el Newcastle Jets, donde dijo adiós mediada la treintena ante la imposibilidad de poder rendir a buen nivel. Desde ese día empezó a reorientar su vida hacia una nueva faceta, la de los banquillos. Auspiciado por un programa organizado por la federación de su país, recorrió los entrenamientos de clubes como el Lazio o el PSV para aprender de los mejores y poder aplicarlo a posteriori a las categorías inferiores de la selección.

Lo hizo con la sub 18 durante un tiempo hasta que recibió la primera llamada de un club profesional, el Gold Coast Mariners. Fichar por ellos fue un error como lo demuestra el hecho de que fue destituido a los pocos meses. En el paro, un viejo amigo y también viejo conocido de este blog se acordó de él. Hoy le echa una mano a José Aurelio Vidmar con el combinado sub 23.

domingo, 11 de marzo de 2012

El despertar del gigante dormido


Treinta minutos le faltaron a Bas Dost para firmar por el Ajax. Sucedió en el invierno de 2010 cuando los de Ámsterdam tenían dinero fresco al traspasar a Luis Suárez al Liverpool. Había dado el sí, había pasado el reconocimiento médico y probablemente ya tenía el equipaje preparado y los ojos puestos sobre algún piso. Al final todo se paró de forma repentina.

Ese día el gigantesco punta de casi dos metros creyó morir. Si no fuera por el rostro pétreo que le ha acompañado a lo largo de su carrera, casi carente de expresividad, lo normal hubiese sido imaginárselo llorando de desesperación no ya por la oportunidad perdida, que también, sino por tener que seguir enfrentándose a una pesadilla que nunca hubiera imaginado cuando aceptó la oferta del Heerenveen.

Entraba a formar parte de una entidad que había alumbrado a dos de los mejores delanteros holandeses de los últimos años: Ruud Van Nistelrooy y Klaas Jan Huntelaar. Parecía un buen lugar para progresar tras despuntar primero en el Emmen y posteriormente en el Heracles, de donde fue reclutado gracias a una inversión monetaria importante y a la terquedad del técnico Ron Jans, que acababa de aterrizar procedente del Groningen.

Los partidos pasaban y aquél que le había pedido de forma insistente decidía postergarle en el banquillo con recurrencia. Una semana, otra, otra más... Pequeñas estocadas que iban minando su moral, que iban castigándole mentalmente. Demasiado para él, que decidió denunciar al club por la vía civil en busca de una rescisión de su contrato. Ese descontento llamó la atención de los grandes de la Eredivisie, que intentaron pescar en mitad de la zozobra. Al final el juez le dio la razón al Herenveen y el Ajax reculó. Dost había apostado fuerte y recibía el amargo sabor de la derrota.

Hundido decidió recurrir a lo único que le quedaba: el espíritu de supervivencia. Asumió su situación y se puso manos a la obra para intentar darle la vuelta. Terminó el año a duras penas mientras se motivaba viendo que él podía hacer lo que otros conseguían, meter goles con regularidad. Ni siquiera se vino abajo cuando, en el periodo estival, se confirmó que debería seguir en el Heerenveen al no pagar nadie por él una cifra considerada prohibitiva.

Tomó unas merecidas vacaciones, formateó su disco duro y volvió con energías renovadas reconociendo las diferencias con Jans pero abriendo una puerta hacia su resurrección. Desde entonces su suerte ha cambiado. El fútbol, caprichoso, le ha situado en lo más alto de la tabla de goleadores y le ha permitido ganar la batalla contra sus fantasmas.

Junto al resto de sus compañeros, con el profesionalismo que les vale para mantenerse quintos a solo un punto de la Champions pero con un carácter impropio de un vestuario tan joven, han conseguido convencer a la directiva de que el técnico actual no es el idóneo. El rudo Jans, cuyos métodos son considerados obsoletos por algunos, dejará el cargo en verano independientemente de los resultados. Entonces llegará Van Basten. Un proyecto ilusionante también para Dost, que ha abierto la puerta a seguir para ponerse a las órdenes de su ídolo, quizás el hombre ideal para exprimir todas sus virtudes. A veces tocar fondo es el primer paso para llegar a la cima.

viernes, 9 de marzo de 2012

Elogio de la locura


Jesús les habló de nuevo: "Yo soy la luz del mundo. El que me siga no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida" (Juan 8:12). Ese era el mensaje que quería lanzar al mundo Gustavo Manduca a través de una camiseta interior cuando el pasado miércoles anotaba el gol que le servía al APOEL para igualar la eliminatoria frente al Lyon.

Esta sentencia, que a punto estuvo de costarle cara a su equipo pues fue el germen de su posterior expulsión por doble cartulina amarilla, refleja la fe, posiblemente la mejor virtud del conjunto chipriota. A falta de argumentos futbolísticos sólidos más allá del ansia de batallar hasta el último aliento, creer se ha convertido en el principal elemento para ver lo que muchos, todos, creíamos imposible.

Jamás pensé en las cosas que podrían unirme con un ciudadano de la remota Nicosia y sin embargo, cuando el otro día gritaba de alegría en mi casa tras detener Chiotis su segundo penalti en la tanda, descubrí que el fútbol y la ilusión mezclados son una fuerza muy poderosa capaz de crear vínculos inimaginables.

A todos menos al perdedor nos gusta sentirnos por unas horas seguidores del modesto, acompañarle en su momento de gloria como si hubiéramos sido partícipes del camino para lograrlo toda la vida. La gente quiere su camiseta, lanzar proclamas en favor de su "club por un día". El APOEL, como el Basilea independientemente de lo que suceda la semana que viene y más si consigue mantener su ventaja, nos han robado un poco el corazón.

Juntos reflejan ln sueño global de un panorama balompédico más democrático en el que países como Chipre, como Armenia, como Trinidad y Tobago, tengan derecho a disfrutar del partido de sus vidas al menos una vez. A batirse en duelo con alguno de los gigantes y soñar con un milagro que recordar el resto de sus vidas.

Quizás fuera casualidad, quizás no, que el protagonista de la gesta llevara por nombre de pila Dionisios. En la mitología griega fue bautizado así el dios del vino, inspirador de la locura ritual, del éxtasis, apodado el "Libertador". Chiotis, nacido en Atenas y que no atajaba un penalti desde hace seis años, fue el ídolo de una de las entidades más prohelenas del país, como si hubiera sido predestinado para ello.

Aquél equipo fundado en una pastelería, el que tenía el presupuesto más bajo de la máxima competición europea, el de los dorsales estrambóticos que tiene retirado el "feo" 79 en honor a sus ultras, esos que fundaron el grupo de apoyo ese año y que se dejaron el alma durante el choque de vuelta.

Esos locos chipriotas que aterrizaron sin hacer ruido como carne de cañón siguen quemando etapas y callando bocas. Primero fue intentar la remota opción de acceder a la Europa League, luego la de pasar a octavos, luego la de quedar primeros, luego la de eliminar al Lyon... golpe a golpe, verso a verso están escribiendo una de las poesías más bellas de la historia de la Champions

miércoles, 7 de marzo de 2012

¿Qué ha sido de... Babá Sule?


Probablemente muchos no conozcáis a este jugador del que os hablo. Puede que otros supiérais de su existencia a raíz del día en el que "Petón" contó su historia en "Punto pelota". Personalemente he decidido traerlo a "De paradinha" como un homenaje a todos aquellos un poco "frikis" que recordamos a algún futbolista particular por el motivo que sea. Uno del que nadie habla pero que a nosotros nos resulta entrañable.

En este caso, y ya desde pequeño cuando le veía fotografiado en las guías de fútbol, su nombre fue lo que me llamó la atención. Para un niño fácilmente impresionable resultaba sonoro a la par que curioso, aunque nunca llegara a triunfar con el balón en los pies por una serie de avatares que os relataré a continuación.

Vaya por delante decir que la vida deportiva de este mediocentro ghanés nacido en Kumasi fue desgraciada, muy desgraciada, por culpa de las lesiones y la mala suerte. De no ser así resulta difícil saber a dónde podría haber llegado teniendo en cuenta todo lo que apuntaba cuando ganó el mundial sub 17 en el año 1995.

Por entonces jugaba en los Cornerstones de su ciudad. Sin embargo antes de que cumpliera la mayoría de edad, el Mallorca le había invitado a dar el salto a Europa. Tras una buena pretemporada y cuando se decían maravillas de él, una inoportunísima hepatitis B truncó su carrera en el club bermellón siendo cedido al Ourense.

El club gallego militaba por entonces en Segunda, sorprendentemente dando una magnífica imagen. Baba Sule era una de las estrellas... hasta que se fracturó el cúbito y el radio. En ese momento tuvo que decir adiós a la temporada para pensar en la siguiente. El equipo bajó el rendimiento pero no así el centrocampista africano, al que el Real Madrid ató para su filial con la intención de convertirle en el nuevo Makelele.

Al final el Castilla no cumplió el objetivo previsto y para que se fogueara fue cedido al Leganés. De nuevo realizó un buen stage veraniego pero en el partido inaugural del campeonato se rompió los ligamentos. Tras una larga recuperación consiguió ponerse a tono pero cuando reapareció después del calvario, en su vuelta a los terrenos de juego, volvió a destrozarse la rodilla.

Ante semejante panorama se le cerraron las puertas de su sueño en el club blanco y fichó por uno de los fantasmas recientes de la entidad, el Lleida, ese club cuyo vestuario alumbró la destitución de Benito Floro. Ya nada sería lo mismo. A partir de ese momento comenzó su lógica cuesta abajo.

Primero el Tomelloso, luego el San Isidro canario y posteriormente el Rapitença se convirtieron en sus destinos sin apenas solución de continuidad. Vivir del fútbol comenzaba a hacerse insostenible y era necesario buscar alternativas. Por ello, mientras jugaba en el Rayo Majadahonda hacía al mismo tiempo las veces de chófer a sueldo del Atlético de Madrid ecargándose, por ejemplo, del transporte de un imberbe De Gea que con diecisiete años carecía de carnet.

Después de aquello, la pasión pudo más y decidió regresar a su continente para no perder la ilusión por el deporte rey. Nigeria fue su lugar de acogida. Tras varias temporadas en el Kwara United, un club de la zona media, este año milita en las filas del Niger Tornadoes a sus treinta y tres años. La competitividad pasó ya hace tiempo a un segundo plano, pero nadie le ha quitado las ganas de seguir disfrutando.

lunes, 5 de marzo de 2012

El día grande de un "plebeyo"


La historia de André Vilas Boas es de sobra conocida. Nacido en Oporto en el año 1977 en el seno de una familia aristócrata más que acomodada en lo económico, nunca tuvo problemas para salir adelante y supo aprovechar la oportunidad que le dio la vida para seducir a Sir Bobby Robson y, a partir de eso, forjar una carrera en los banquillos.

Dos años más tarde, en 1979, venía al mundo en la localidad norirlandesa de Larne un tipo apellidado McAuley al que sus padres decidieron poner de nombre de pila Gareth. Sobre él hay menos datos pero es de suponer que su situación en casa era más complicada si tenemos en cuenta que de joven se entregó al diseño de vidrieras mientras jugaba al fútbol en su país, primero para el Linefield (con una cesión al Ballyclare Comrades), más tarde para el Crusaders y finalmente para el Coleraine.

Con 25 años, cuando muchos empiezan a explotar, él aún no había salido de su país y las opciones de cumplir un sueño y triunfar en el mundo del fútbol se desvanecían. Entonces tomó una decisión, como hiciera en su día el ya ex entrenador del Chelsea cuando arriesgó y se marchó a dirigir a la selección de las Islas Vírgenes Británicas con 22 años.

McAuley dejó su trabajo y comenzó a mover su curriculum por Inglaterra en busca del profesionalismo. Este llegó a las manos de Sammy McIlroy, en su día una joven promesa del United que se encontraba entrenando al Stockport y que le conocía de la selección B. Le hizo una prueba que fue satisfactoria pero saltó la liebre y el Lincoln, que andaba al acecho, acabó convenciéndole para que se uniera a su causa en la League Two.

Había conseguido entrar en el sistema del fútbol de las islas el año en el Vilas Boas hacía lo propio como miembro del cuerpo técnico de Mourinho, asegurándose así un futuro provechoso después de la conquista de la Liga de Campeones. La vida le seguía sonriendo mientras adquiría los conceptos que le inculcaba su maestro.

El central norirlandés comenzó su etapa de forma aciaga. Apenas contó con minutos en sus primeros partidos pero de pronto todo se le puso de cara. La salida de un compañero y la lesión de otro le abrieron las puertas de la titularidad. Acabó su primera campaña como indiscutible en el eje de la zaga y, en su segunda, formó parte incluso del once ideal de la competición y de la selección nacional mientras el Chelsea conquistaba su segunda Premier consecutiva.

Sus buenos registros le valieron a McAuley para firmar por el Leicester, donde siguió engrandeciendo su figura. Subió dos categorías para disfrutar las mieles de la división de plata e incluso llegó a meterle un gol al Chelsea en Stamford Bridge durante un partido de Copa a finales de octubre. Unos días antes Mourinho había decidido dejar el Chelsea junto a todo su cuerpo técnico.

El Leicester descendió y con veintinueve años el defensa se decidió a jugárselo todo a un último tren, el que salía de la estación del Ipswich Town, una entidad cuyos métodos de entrenamiento había estado estudiando Vilas Boas años antes mientras obtenía el título de entrenador profesional.

En tres cursos McAuley jugó más de cien partidos y llamó la atención de los ojeadores de toda Inglaterra. Durante ese tiempo el portugués emprendió su primera experiencia de nivel en solitario con el Académica y se convirtió en el entrenador de moda del fútbol europeo al ganarlo todo con el Oporto. Ambos decidieron atender la llamada de sus vidas hace unos meses.

El segundo porque Abramovich ponía en sus manos un faraónico proyecto. El primero porque a los 32 años y después de penar por todas las categorías posibles y de pisar vestuarios de dudosa salubridad entraba en los planes del West Brom y por tanto se le abrían las puertas de la Premier, eso con lo que había soñado cuando un día abandonó una vida más o menos cómoda en busca de una oportunidad.

Lo demás es de sobra conocido. Tras dar una mala imagen en todas las competiciones, los londinenses llegaban este fin de semana con la necesidad de ganar para no seguir abriendo la herida. En el minuto 82 una jugada embarullada dejaba el esférico en los pies de McAuley, que anotaba el que probablemente haya sido el gol más importante de su carrera. Un tanto que acababa con la carrera en el Chelsea de su entrenador. Una diana que rompía la maldición de los locales, que llevaban 33 años sin puntuar ante su rival. Vilas Boas tenía por entonces uno, McAuley nacería el siguiente. El "príncipe" y el "mendigo" cambiando de papel con una especie de sortilegio por medio. Un guión morboso.

viernes, 2 de marzo de 2012

Un balón en la hoja de ruta

Para la mayoría de aficionados el pasado miércoles fue una especie de via crucis en la medida en que tuvieron que renunciar al fútbol de clubes para presenciar, en la mayoría de los casos, anodinos amistosos de sus selecciones. Hay por supuesto honrosas execepciones como la magistral lección de España frente a Venezuela, el frenético Inglaterra-Holanda o el choque que midió a Alemania con Francia.

Sin embargo el único de todos estos partidos que pasará a la historia se disputó lejos del mundanal ruido, en la silenciosa pero siempre ostentosa Dubai. Allí, en un horario casi clandestino como es las 14.30 horas, un pequeño y polémico combinado lograba su primer triunfo ante un conjunto europeo.

Con goles de Ashraf Nu'Man y Abdelhamib Abuhabib, Palestina se imponía a Azerbayán logrando así un hito más en su corta pero intensa carrera, dando un pasito más hacia una normalización que ha encontrado en el fútbol un buen altavoz para gritar al mundo sus ideas y sus aspiraciones.

Sin entrar en vericuetos políticos, ya que este blog no busca eso, lo que queda claro es que en los últimos años el balón paece haberse convertido en un buen instrumento que poner sobre la mesa de negociaciones. Evidentemente es algo metafórico pero tremendamente visual e ilustrativo de la importancia que ha adquirido a día de hoy el deporte rey.

Es sobre un césped donde muchas cosas cobran sentido, donde lo que parece impensable se materializa como algo cotidiano. Banderas y colores que pintan los campos como unos símbolos que no siempre son bien recibidos fuera de ellos. Evidentemente cada búsuqeda de una nacionalidad tiene sus peculiaridades, sus elementos concretos de estudio. Pero todas guardan en común la persecución de un combinado balompédico como elemento visible, como parte de la hoja de ruta.

Palestina ahora, quizás Kosovo en un futuro no muy lejano, el recientísimo territorio de Sudán del Sur que ya pertenece a la CAF y espera el sí de la FIFA... son "nuevos" nombres que van asomando en amistosos, en fases de clasificación. Que se exponen en el mejor escaparate posible, ese en el que siempre se detiene el pueblo para buscar aislarse de sus vidas durante noventa minutos.

Y es bueno que así sea, que los periódicos reflejen otra realidad más allá de las de sus conflictos del día a día. Que los goles y no las armas o las discusiones sean portada. Que el deporte sea una vía de escape, una excusa para escuchar un himno aunque haya ansias de independencia cuya viabilidad no sea posible o recomendable. Es la opción de expresar un sentimiento durante un rato, de canalizar algo que muchos llevan dentro y que quizás nunca puedan ver como algo tangible. Un truco más de la magia del fútbol.