viernes, 2 de marzo de 2012

Un balón en la hoja de ruta

Para la mayoría de aficionados el pasado miércoles fue una especie de via crucis en la medida en que tuvieron que renunciar al fútbol de clubes para presenciar, en la mayoría de los casos, anodinos amistosos de sus selecciones. Hay por supuesto honrosas execepciones como la magistral lección de España frente a Venezuela, el frenético Inglaterra-Holanda o el choque que midió a Alemania con Francia.

Sin embargo el único de todos estos partidos que pasará a la historia se disputó lejos del mundanal ruido, en la silenciosa pero siempre ostentosa Dubai. Allí, en un horario casi clandestino como es las 14.30 horas, un pequeño y polémico combinado lograba su primer triunfo ante un conjunto europeo.

Con goles de Ashraf Nu'Man y Abdelhamib Abuhabib, Palestina se imponía a Azerbayán logrando así un hito más en su corta pero intensa carrera, dando un pasito más hacia una normalización que ha encontrado en el fútbol un buen altavoz para gritar al mundo sus ideas y sus aspiraciones.

Sin entrar en vericuetos políticos, ya que este blog no busca eso, lo que queda claro es que en los últimos años el balón paece haberse convertido en un buen instrumento que poner sobre la mesa de negociaciones. Evidentemente es algo metafórico pero tremendamente visual e ilustrativo de la importancia que ha adquirido a día de hoy el deporte rey.

Es sobre un césped donde muchas cosas cobran sentido, donde lo que parece impensable se materializa como algo cotidiano. Banderas y colores que pintan los campos como unos símbolos que no siempre son bien recibidos fuera de ellos. Evidentemente cada búsuqeda de una nacionalidad tiene sus peculiaridades, sus elementos concretos de estudio. Pero todas guardan en común la persecución de un combinado balompédico como elemento visible, como parte de la hoja de ruta.

Palestina ahora, quizás Kosovo en un futuro no muy lejano, el recientísimo territorio de Sudán del Sur que ya pertenece a la CAF y espera el sí de la FIFA... son "nuevos" nombres que van asomando en amistosos, en fases de clasificación. Que se exponen en el mejor escaparate posible, ese en el que siempre se detiene el pueblo para buscar aislarse de sus vidas durante noventa minutos.

Y es bueno que así sea, que los periódicos reflejen otra realidad más allá de las de sus conflictos del día a día. Que los goles y no las armas o las discusiones sean portada. Que el deporte sea una vía de escape, una excusa para escuchar un himno aunque haya ansias de independencia cuya viabilidad no sea posible o recomendable. Es la opción de expresar un sentimiento durante un rato, de canalizar algo que muchos llevan dentro y que quizás nunca puedan ver como algo tangible. Un truco más de la magia del fútbol.

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